Van y vienen

martes, 20 de marzo de 2012

De melones




Una noche, después de salir del cine, nos juntamos Paco -el de Juanjosé- (del que por cierto, yo era primo segundo), Antonio -el hermano de mi novia, y que luego se convertiría en mi cuñado-, Sixto -el de Honorio-, Carbonilla.y yo, y nos fuimos a melones.
El padre de Sixto tenía un plantío de ellos en La Periquina y allá que nos fuimos. Nada más llegar, aquel hijo cogió el chozo que tenía su padre para guardar el terreno a la sombra o por las noches, y lo echó a rodar cuesta abajo, que si adentro hubiese estado el viejo, con él se hubiera desnucado en una de aquellas vueltas que iba dando.
Amanecer amanecimos (gracias a mi cuñado y a su llave) ni más ni menos que en la casa de mis suegros, que tenían una carga importante de melones gorrineros, de los que no dejamos ni uno sano.

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